EL BANCO AMARILLO. Me dirigí a sentarme en el banco amarillo y recuerdo que fue sentarme en él y me invadió una sensación de apertura abrumadora. De hecho cuando abrí los ojos de nuevo, hallé una carta a mi lado. Acto seguido, abrí esa carta dispuesto a leerla y me encontré con el siguiente escrito: "La historia de mi vida es tan breve que hasta yo puedo resumirla en dos palabras: incomprensión, es una y fatalidad, la otra. Nací en medio de un bosque; con el calor y el amor incondicionado que me proporcionó mi madre la naturaleza. Crecí fuerte porque mi padre, el sol, me dió fuerzas para ello; alegre y optimista, puesto que mis amigos los animales, me confiaban sus historias tras cobijarse en mi follaje. Y con el pasar de los años, mientras mis hojas caían en otoño y mi corteza se hacía cada vez más gruesa, he presenciado la devastación que la mano del hombre ha causado en mis hermanos. Ahora me encuentro solo entre humos de coches y fábricas...; y totalmente c...