El Banco Rojo. XXXXX
En el banco rojo se sentaba el Señor X y sus periódicos, siempre frío y distante. Cuando hablaba, mantenía grandes conversaciones, pero esto solo lo hacía "de cuando en cuando" y en muy contadas ocasiones. Otras veces te contestaba de tal modo que te echaba para atrás y obviabas intentar intercambiar más palabras con él. Durante varias jornadas, también mantuvo su lado amable, pero éste solo se despertaba cada 2 ó 3 meses y por unas horas.
Era tan huraño que con el Señor X no era difícil cerrar los ojos y al cabo de estar poco tiempo con él, cerré los míos.
¿qué dónde aparecimos?. En una inmensa biblioteca porque habían muchas estanterías y muchos libros, pero solo algunos ordenadores. En realidad era un recinto verdaderamente grande a primera vista, con los techos muy altos y estanterías hasta el infinito. El local parecía estar dividido en varios departamentos y en algunas de las secciones el gentío se hacía notar, como por ejemplo en la sección de cómic donde habían niños a montones o la sección de prensa, donde habían bastantes personas adultas. También habían algunas secciones poco frecuentadas, pero personalmente la sección que más me fascinó es donde estaban los niños, supongo que dada la quietud en todo el recinto y la explosión de vitalidad cuando los veía. La sección donde estaban ubicados los infantes, estaba llena de vida y mis ojos no sabían adónde mirar!.
Pero lo que más me fascinaba era la ubicación de la biblioteca. No existía nada a su alrededor a muchos kilómetros a la redonda y además: ¿cómo había llegado toda esa gente al lugar?
Parecía que esa biblioteca era una ciudad educativa y en el subsuelo de la misma estaba repleto de vida. Es curioso pero estuve buscando la entrada a la ciudad por toda la biblio, pero No la encontraba y cuando menos me lo esperaba, porque llegó la hora de marcharme, ne topé con la entrada en mis nariices, justo detrás de la estantería que estaba al lado de la puerta de salida.
Una vez dentro de la ciudad pude comprobar que toda persona, estaba concienciada de la importancia de su ser para el perfecto funcionamiento de la misma,
También me percaté de la existencia de jardines descontaminadores. Jardines donde se trataban determinados productos para obtener un nuevo uso antes de ser eliminados definitivamente. Así en esta ciudad no se contaminaba como estamos acostumbrados a observar, No. Allí existían jardines para reciclarlo todo, como ecoparques gigantes donde toda materia era reutilizada y no habían desperdicios.
Quizás lo más significativo de la ciudad era la actitud de sus ciudadanos, porque para que una planta de este estilo funcione bien, necesita concienciación y por supuesto que estaban muy mentalizados para la economía de recursos. Existía conciencia medio ambiental, se sabía de la necesidad del medio para el ser humano, así desde el nacimiento de cada persona en esa ciudad, le era asignado un árbol a su cargo. Al principio el árbol era plantado por sus tutores, pero a medida que el niño crecía, no solo tenía que cuidar el primer árbol; un buen método, ¿verdad?
Pero ahí no acabó mi sorpresa, porque cuanto más tiempo
permanecía en el lugar, más me asombraba del ingenio del ser humano. También,
dada mi forma de ser, no pude evitar comunicarme con la gente del lugar, así
fue como hable con una vecina del lugar, Orlan.
Orlan me comentó que cada ciudad cuidaba expresamente un
tipo de ser vivo, en particular a esta pedanía le habían correspondido las
adorables ardillas, de ahí la frondosidad del lugar.
Dada la curiosidad que despertó en mí la palabra ciudad, no
dudé en preguntarle si esa ciudad era mucho más grande que esta y me respondió
de la siguiente manera:
_lo que llamamos ciudades no son más que un centenar de
casas, distribuidas horizontalmente y agrupadas de modo que se puedan
satisfacer las necesidades básicas sin tener que desplazarse constantemente
buscando provisiones.
Desde luego Orlan era una persona campechana y afable, tan singular que
tenía que hacer la comida y no dudó en invitarme a participar de la
conversación mientras la elaboraba. Lo cierto és que tenía soltura para
cocinar, debía de haberlo hecho muchas veces a lo largo de la vida y en
realidad pude corroborar más tardes u experiencia. ¡Qué sabor!, no le quité los
ojos de encima para observar qué era lo que le ponía a la comida: ¡Todo eran
alimentos naturales!. Eran alimentos cosechados por ellos mismos o en ocasiones
cambiados a modo de trueque con las ciudades colindantes.
Banco amarillo , De la pág.14 a la 17
Te sugiero que cuando finalices la lectura en los bancos, leas también el final de la obra:
Tan sólo tienes que cerrar los ojos, sentarte en un banco y respirar profundamente para trasladarte a otra dimensión”
Banco amarillo , De la pág.14 a la 17
Banco azul, De la pág. 19 a la 23
Banco rosa, De la pág 25 a la 29
Banco verde, De la pág 32 a la 35
Banco rojo, De la pág 37 a la 41
Banco violeta, De la pág. 43 a la 48
Banco gris, De la pág 50 a la 56
Banco Esperanza, De la pág 58 a 61
Te sugiero que cuando finalices la lectura en los bancos, leas también el final de la obra:
Última propuesta pág 63-66
Lo que debo hacer pág 67-68
Comentarios
Publicar un comentario