El trabajo de la ONU
El camino recorrido por las Naciones Unidas hasta la Cumbre de París de 2015sienta sus orígenes en la Cumbre de la Tierra en Río de Janeiro de 1992, en la que se adoptó la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. Era la primera respuesta internacional contra el desafío climático que se produjo bajo el consenso de una gran mayoría de países.
Desde entonces, las partes del tratado se reúnen de forma anual en una conferencia conocida como COP (o Conferencia de las Partes). La primera de esas reuniones tuvo lugar en Berlín, en 1995. En la tercera, en 1997, se adoptó -por 180 países- el Protocolo de Kioto, un proyecto de 15 años de duración considerado como el primer paso importante hacia un régimen mundial de reducción y estabilización de las emisiones de gases de efecto invernadero; su entrada en vigor tuvo lugar en 2005, en la conferencia de Montreal, con el apoyo de 141 Estados firmantes; después, en 2012, se llegó a un acuerdo de mínimos para prolongar hasta 2020 su período de compromiso.
Hacen falta más esfuerzos
Casi en el mismo momento en que se conocía el fallo del Premio Princesa de Asturias de Cooperación Internacional 2016, el ecólogo Veerabhadran Ramanathan -catedrático de la Scripps Institution of Oceanography de la Universidad de California en San Diego (EEUU) y galardonado el día anterior con el Premio Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento en Cambio Climático- alertaba de la necesidad de tomar medidas a corto y medio plazo. "La situación del planeta va a empeorar en los próximos 10 o 20 años, pero podría mejorar si el mundo presta atención a la ciencia y reduce sus emisiones. De lo contrario, el calentamiento global parece imparable, apocalíptico, en unos 35 años", sentenció durante una rueda de prensa.
En opinión de Ramanathan, el Acuerdo de París es condición necesaria pero no suficiente para frenar el ascenso de las temperaturas "porque se olvida de compuestos diferentes del CO2 pero que son responsables del 50% del calentamiento global y más sencillos de eliminar". Entre ellos, el metano o los gases refrigerantes. También apuesta por la sustitución de los combustibles fósiles, que considera "obsoletos", por energías renovables. En este sentido, afirma que España podría llegar a convertirse en una potencia exportadora de energía solar al nivel en que lo es Arabia Saudí de materias fósiles.
Martin Ravallion, director de la Cátedra de Economía D. Villani en la Universidad de Georgetown (Washington, EEUU) y premio Fronteras en Cooperación al Desarrollo, va más allá y afirma que la labor de Naciones Unidas se queda corta en lo que a la ayuda hacia los llamados 'refugiados climáticos' se refiere, es decir, aquellos que se ven forzados a dejar su lugar de origen por las consecuencias del calentamiento. "Se trata de un problema global grave que necesita de una acción colectiva, pero no tenemos un gobierno global. Los gobiernos no han dado a la ONU el mandato que necesita para abordar migraciones internacionales". En estimaciones de Ramanathan, unos 3.000 millones de personas viven en situación de pobreza y son especialmente vulnerables en este aspecto.
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