Las abejas son mucho más importantes de lo que pensamos. La producción de alimentos a nivel mundial y la biodiversidad terrestre dependen en gran medida de la polinización, un proceso natural que permite que se fecunden las flores y den así frutos y semillas. Las abejas, y otros insectos como mariposas y abejorros, son los responsables de este proceso y, sin embargo, sus poblaciones están disminuyendo a pasos de gigante. Varios son los factores que amenazan a los polinizadores: la pérdida de hábitats, las prácticas de la agricultura industrializada, como los monocultivos (menor disponibilidad y diversidad de alimento para estos insectos), el uso de plaguicidas; parásitos y enfermedades; especies vegetales y animales invasoras; y los impactos del cambio climático. Se ha calculado que el valor económico de la labor de polinización de las abejas podría estar en torno a los 265.000 millones de euros anuales en todo el mundo, 22.000 millones para Europa y más de 2.400 millones de euros para España, recientemente calculado por Greenpeace en su informe "Alimentos bajo amenaza" Así pues, incluso desde un punto de vista puramente económico, merece la pena proteger a las abejas.
Autopistas para abejas
En las ciudades en general hay pocas ocasiones para polinizar, por lo que muchos insectos mueren literalmente de hambre, lo que viene acompañado de graves pérdidas en los cultivos. Para paliar este problema en la capital de Noruega, Oslo, está en funcionamiento desde 2015 una autopista para abejas y abejorros.
Según un artículo publicado por La Razón, la iniciativa la ha tomado la Sociedad de Jardinería de la capital cuya idea era crear una ruta por las calles de la ciudad de manera que los polinizadores tuvieran suficiente alimento durante sus viajes. Lo que han hecho, básicamente es llenar de flores la ciudad, aprovechando cualquier espacio libre en las terrazas de las casas o en los tejados para plantar las especies preferidas de estos animales. Se han plantado campanillas, azafrán, narcisos y otras especies bulbosas, mientras que el recorrido va de este a oeste de la ciudad y ocupa un total de 15 km. Cada 250 metros aproximadamente, estos insectos encuentran un punto de restauración adaptado a sus exigencias.Se ha creado una página web para que los participantes puedan conectarse y proporcionar detalles sobre qué y dónde planean contribuir.
El gobierno americano también ha decidido encarar el asunto de las abejas. Sólo el año pasado y según datos de los apicultores, se perdieron hasta un 40 por ciento de las colonias. La aportación de las abejas a la economía del país alcanza los 15.000 millones de dólares. De hecho, la iniciativa noruega guarda cierto parecido a una parte del plan americano que pretende restaurar hasta siete millones de acres de hábitat de abejas en el próximo lustro.
El plan americano no concluye con su «particular autopista verde», sino que incluye miles de dólares en investigación para ver entre otras cosas, la influencia real de los pesticidas en la disminución de las colmenas.
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