Agenda 21, reflexión final.
Una educación para la sostenibilidad, enfocada a la resolución de los problemas concretos del medio ambiente, supone no solo el desarrollo de conocimientos, valores de respeto y procedimientos técnicos, sino también una práctica comunitaria que se ejerce en el entorno. Esta práctica comunitaria exige dar cabida a los aspectos del bienestar social y preparar al alumnado en habilidades necesarias para la negociación, la participación en foros y la toma de decisiones. También requiere implicarse en los procesos de cambio de la comunidad y favorecer una ética de corresponsabilidad respecto a los conciudadanos y conciudadanas y de solidaridad para con las personas desfavorecidas. La sociedad entera, y con ella el sistema educativo, tiene que hacer un esfuerzo en pro de la protección de los recursos naturales y el medio ambiente y en el progreso hacia los ideales de paz, solidaridad y justicia social, que constituyen los valores de la sostenibilidad. En este camino, las iniciativas locales –incluidas las surgidas en el medio escolar– pueden convertirse en foros de participación y en instrumentos para mejorar la gestión e incrementar los conocimientos de la juventud.
No es posible negar que las acciones son desiguales y los avances hacia la sostenibilidad insuficientes; especialmente si los juzgamos a la luz de expectativas y urgencia necesidades. El primero de los Derechos de los Objetivos del milenio era una educación para todos y eso aunque mejora, falta mucho para conseguirlo. Pero falta un largo camino tanto en los países desarrollados como los que no lo están tanto!
Una educación para la sostenibilidad, enfocada a la resolución de los problemas concretos del medio ambiente, supone no solo el desarrollo de conocimientos, valores de respeto y procedimientos técnicos, sino también una práctica comunitaria que se ejerce en el entorno. Esta práctica comunitaria exige dar cabida a los aspectos del bienestar social y preparar al alumnado en habilidades necesarias para la negociación, la participación en foros y la toma de decisiones. También requiere implicarse en los procesos de cambio de la comunidad y favorecer una ética de corresponsabilidad respecto a los conciudadanos y conciudadanas y de solidaridad para con las personas desfavorecidas. La sociedad entera, y con ella el sistema educativo, tiene que hacer un esfuerzo en pro de la protección de los recursos naturales y el medio ambiente y en el progreso hacia los ideales de paz, solidaridad y justicia social, que constituyen los valores de la sostenibilidad. En este camino, las iniciativas locales –incluidas las surgidas en el medio escolar– pueden convertirse en foros de participación y en instrumentos para mejorar la gestión e incrementar los conocimientos de la juventud.
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